martes, 13 de junio de 2023

Enrico Caruso, el tenor de tenores que hacía llorar a las orquestas

Tal día como hoy, hace 150 años, veía la luz en Nápoles el mejor tenor de todos los tiempos, cuya voz prodigiosa pudo ser preservada en algunos de los primeros discos publicados de la historia. 



Con Caruso la voz de tenor se convirtió en la más deseada, y por tanto cotizada, sustituyendo en su reinado a las sopranos. antes tuvo que existir «el Tenor», el único e inimitable. Y ese no fue otro que Enrico Caruso (Nápoles, 1873 – Nápoles, 1921), nacido un día como hoy en su adorada Nápoles, hace justamente siglo y medio. El de 1873 fue un año pródigo para las grandes voces, ya que por entonces vino también al mundo Fiodor Chaliapin, otro artista inigualable, un bajo que revolucionó la historia de la ópera a través de sus matizadas interpretaciones pero que nunca llegaría a gozar de la misma celebridad universal que su compañero a pesar de igualarle en estatura artística, en la otra lo superaba ampliamente. 


Con Caruso la voz de tenor se convirtió en la más deseada, y por tanto cotizada, sustituyendo en su reinado a las sopranos, esas primas donnas que durante el siglo XIX habían dominado la escena lírica y los grandes salones de la sociedad donde se forjaban varios de los mitos que llegaron a acumular joyas y castillos casi a partes iguales, como Adelina Patti. Con el cantante italiano, el éxito multitudinario se abrió rápidamente paso hasta lugares insospechados, los grandes espacios abiertos, llegando hasta a alterar el normal reposo de las grandes ciudades.



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