viernes, 23 de noviembre de 2012

LUCIO DALLA CANTA CARUSO






Caruso¹ – Lucio Dalla²
[Luciano Pavarotti, Andrea Bocelli,
Lara Fabian, Los tres tenores]

Qui dove il mare luccica
e tira forte il vento
su una vecchia terrazza
davanti al golfo di Surriento
un uomo abbraccia una ragazza
dopo che aveva pianto
poi si schiarisce la voce
e ricomincia il canto.

Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint'e vene sai³.

Vide le luci in mezzo al mare
pensò alle notti là in America
ma erano solo le lampare*
e la bianca scia di un' elica.
Sentì il dolore nella musica,
si alzò dal pianoforte
ma quando vide la luna uscire da una nuvola
gli sembrò dolce anche la morte.
Guardò negli occhi la ragazza,
quegli occhi verdi come il mare,
poi all'improvviso uscì una lacrima
e lui credette di affogare.

Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint'e vene sai.

Potenza della lirica
dove ogni dramma è un falso
che con un po' di trucco e con la mimica
puoi diventare un altro.
Ma due occhi che ti guardano
così vicini e veri
ti fan scordare le parole,
confondono i pensieri.
Così diventa tutto piccolo,
anche le notti là in America,
ti volti e vedi la tua vita
come la scia di un'elica.
Ma sì, è la vita che finisce,
ma lui non ci pensò poi tanto
anzi si sentiva già felice
e ricominciò il suo canto.

Te voglio bene assaie
ma tanto tanto bene sai
è una catena ormai
che scioglie il sangue dint'e vene sai
(x2


”Caruso” es el título de la canción más hermosa de Lucio Dalla, uno de cuatro grandes intérpretes y compositores de la mejor música italiana de los últimos 60 años: Paolo Conte, Fabrizio de André y los dos Lucio, Battisti y Dalla. Sobre los dos primeros, por los que siento una devota admiración, ya publique referencias en mi página (y sus músicas en la Gramola); de Battisti tendré que hablar, pero en este caso será con profusión sentimental: su tema más conocido, “Il mio canto libero”, es una parte significativa de mi bagaje afectivo desde que tenía 19 años. La canción “Caruso” fue escrita por Lucio Dalla en el verano del año 1986, como parte del álbum "DallAmeriCaruso", y es el particular homenaje sonoro y sentimental que él le hace a uno de los más grandes tenores de la historia: Enrico Caruso. “Caruso” es el relato musicado de una experiencia vivida por el propio Lucio Dalla en Sorrento (Campania, Nápoles, Italia), cuando se averió su barco y tuvo que hospedarse en el Grand Hotel Excelsior Vittoria, el mismo en el que Enrico pasó los dos últimos meses de vida. Mientras se alojaba en la lujosa habitación que Caruso había ocupado, en la que aún se conservan los libros, las fotografías y el piano que utilizó el tenor en su retiro, conoció a Ángelo, el anciano dueño de un bar del puerto de Sorrento que en su niñez había tratado al tenor. Y Ángelo le contó una historia que fue el desencadenante de una canción que es el más bello regalo que Lucio Dalla dio al mundo. El relato habla de un Caruso enfermo de cáncer a la garganta que sabía que tenía los días contados. Y habla de una hermosa joven a la que el tenor impartía clases de canto. Y también relata como Caruso, enfermo, acabado, casi sin voz, en los últimos estertores de su vida, cae perdidamente enamorado de esa joven que le llena de alegrías, de risas, de bromas, de vida… y ese frenesí lo inunda interiormente hasta tal punto que en una calurosa noche de verano, en un arrebato de pasión y admiración, hizo que le llevaran el piano de su habitación a la terraza del hotel, situada encima del puerto, para empezar a cantar desesperadas melodías de entremezclados sentimientos de amor hacia la joven y sufrimiento por su estado físico. Era tal la fuerza interior que le impulsaba en esos últimos alientos, que su chorro de voz, famosísimo en el mundo entero, resonó de nuevo como si estuviera actuando en el Metropolitan Opera de New York. Los pescadores que faenaban en las aguas del Mar Mediterráneo próximas al hotel, al oírle, regresaron al muelle anclando sus barcas bajo la terraza. Las luces de sus naves eran como estrellas que iluminaban el camino final de una vida: esa noche su estado físico empeoró significativamente. Dos días más tarde, el 2 de agosto de 1921, moría en Nápoles a los 48 años de edad. Y eso es “Caruso”: el recuerdo dramático del final de un divo, el relato apasionado de lucha entre la vida y la muerte, el testamento de un amor efímero… Y la profunda tristeza de un hombre enfermo que busca en los ojos de la muchacha un futuro que ya no tiene. Disfrutad esta canción en arrobado silencio: es un paseo por la vida y el triste final de un hombre aferrado a una ilusión.


Caruso¹ – Lucio Dalla²
[Luciano Pavarotti, Andrea Bocelli,
Lara Fabian, Los tres tenores]

Aquí donde el mar reluce
y sopla fuerte el viento
sobre una vieja terraza
frente al golfo de Sorrento
un hombre abraza a una muchacha
después de que había llorado
luego se aclara la voz
y vuelve a dar comienzo al canto.

Te quiero mucho,
pero mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...

Vio las luces dentro del mar,
pensó en las noches allí en América
pero sólo era el reflejo de algunos barcos
y la blanca estela de una hélice.
Sintió el dolor en la música,
se levantó del piano
pero cuando vio la luna salir tras una nube
le pareció dulce incluso la muerte.
Miró en los ojos la muchacha,
esos ojos tan verdes como el mar
luego de repente salió una lágrima
y él creyó de ahogar.

Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...

Fuerza de la lírica
donde cada drama es un falso,
donde con un buen maquillaje y con la mímica
puedes llegar a ser otro.
Pero dos ojos que te miran
tan cercanos y tan auténtícos,
te hacen olvidar palabras,
confunden pensamientos.
Así todo parece tan pequeño,
también las noches allí en América
miras atrás y ves tu vida
como la estela de una hélice.
Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto.

Te quiero mucho
pero mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...
(x2)

HISTORIA DE LA CANCION "CARUSO"- La primera y original versión de esta canción fue escrita y cantada por Lucio Dalla, que dedicó esta canción a Caruso después de haber estado en Sorrento y haber quedado impresionado por la belleza de esta ciudad. A Lucio Dalla se le estropeó el barco y en Sorrento solo había disponible el lujoso apartamento en el Grand Hotel Excelsior Vittoria, donde Caruso vivió los dos últimos meses de su vida y donde se conservaban intactos sus libros, sus fotografías y su piano. Angelo, que tenía un bar en el puerto le contó esta historia ... y él nos la regala con música. Caruso estaba enfermo de cáncer en la garganta y sabía que tenía los días contados pero eso no le impedía dar lecciones de canto a una joven de la cual estaba enamorado. Una noche de mucho calor no quiso renunciar a cantar para ella que lo miraba con admiración, así que, aún encontrándose mal, hizo llevar el piano a la terraza que daba al puerto y empezó a cantar una apasionada declaración de amor y sufrimiento. Su voz era potente y los pescadores, oyéndole, regresaron al puerto y se quedaron anclados bajo la terraza. Las luces de las barcas eran tantas que parecian estrellas o quizás las luces de los rascacielos de Nueva York... Caruso no perdió las fuerzas y siguió cantando sumergiéndose en los ojos de la muchacha apoyada al piano. Esa noche su estado empeoró. Dos días más tarde, el 2 de agosto de 1921, moría en Nápoles. Esta canción narra el drama de esa noche... con luces y sombras del pasado... con muerte y vida... un hombre enfermo que busca en los ojos de la muchacha un futuro que ya no existe... un testamento de amor... este fue su último concierto... y este fue su excepcional público... el mar, las estrellas, los pescadores, las luces de las barcas y su amada
.

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